APORTES DE LOS TRABAJADORES EXTRANJEROS A LA ECONOMÍA EUROPEA
Europa envejece y sufre una escasez de mano de obra. Pero mientras algunos ven una crisis, otros descubren una oportunidad: los trabajadores extranjeros están impulsando la economía del continente en sectores clave como tecnología, salud y construcción. Este artículo revela cómo su contribución fiscal, su rol en la innovación y su impacto en el consumo están ayudando a mantener el crecimiento. Usamos datos actualizados de instituciones como el BCE, la OCDE y Funcas para desmontar mitos y mostrar por qué una política de migración bien gestionada es esencial para el futuro europeo.
Impacto laboral y crecimiento
La recuperación pospandemia expuso una carencia crítica en Europa: falta de mano de obra calificada y disponible. En este contexto, los trabajadores extranjeros se han vuelto indispensables. El Banco Central Europeo estima que la mitad del crecimiento de la fuerza laboral del euro en los últimos tres años provino de personas migrantes. Esta tendencia ha sido fundamental para sostener el crecimiento económico ante el envejecimiento de la población y la caída de las tasas de natalidad.
España ilustra este fenómeno con claridad. En 2023, el 64 % de los nuevos empleos y la mitad del crecimiento económico se atribuyeron a la inmigración, según Funcas. La contribución va más allá de sectores tradicionales como la hostelería o la construcción: cada vez más profesionales migrantes acceden a empleos en ciencia, ingeniería y tecnología. Entre 2018 y 2023, los trabajadores extranjeros duplicaron su presencia en estos sectores.
El nuevo rostro del mercado laboral
El mercado laboral europeo está cambiando. La demanda de talento internacional se ha acelerado en sectores donde el déficit de habilidades es más crítico. Alemania, Francia y Países Bajos han flexibilizado requisitos para atraer especialistas en TI, salud y logística. Esta apertura ha resultado en mejoras no solo en productividad, sino también en competitividad global.
Los migrantes representan el 50 % del crecimiento laboral del euro.
En España, 2 de cada 3 nuevos empleos fueron cubiertos por extranjeros en 2023.
El empleo en tecnología entre migrantes se duplicó en cinco años.
Países como Alemania incentivan activamente la migración cualificada.
El déficit de talento europeo impulsa la demanda externa.
Contribución fiscal y finanzas públicas
Uno de los mitos más extendidos sobre la migración es que genera cargas fiscales. Sin embargo, los datos lo contradicen. La OCDE indica que los extranjeros aportan en promedio un 1,6 % del PIB a las arcas públicas. Si bien los nativos contribuyen un 7,9 %, es importante considerar que los migrantes representan una proporción significativamente menor de la población. Al ajustar por este factor, el retorno fiscal supera el 53 %: los gobiernos reciben mucho más de lo que gastan en esta población.
España e Italia muestran un retorno incluso mayor, con ingresos que duplican el gasto estatal asociado a la población migrante. Además, estas contribuciones provienen de múltiples fuentes: IRPF, IVA, cotizaciones sociales, consumo e incluso inversiones productivas. Limitar la migración reduciría la base fiscal, incrementaría los costes laborales y, según el BCE, elevaría la inflación hasta 0,3 puntos porcentuales anuales.
Una inversión pública con alto retorno
La inversión estatal en integración —desde acceso a educación, salud y formación— ha demostrado ser rentable. Las ciudades con mayores niveles de inclusión también presentan mejor cohesión social y dinamismo económico. Más aún, los migrantes de segunda generación tienden a alcanzar niveles educativos y salariales superiores, fortaleciendo aún más la economía a largo plazo.
El retorno fiscal promedio por migrante supera el 53 %.
En países del sur de Europa, la relación ingresos/gastos es positiva en más de un 100 %.
El BCE advierte sobre el impacto inflacionario de reducir la migración.
Los ingresos por impuestos y consumo superan ampliamente el coste de servicios sociales.
La segunda generación de migrantes mejora los indicadores económicos a largo plazo.
Diversidad, innovación y consumo
La economía moderna depende de la innovación, y esta florece en entornos diversos. La integración de profesionales con diferentes culturas, idiomas y formaciones potencia el pensamiento creativo y la solución de problemas complejos. En España, centros de investigación destacan por contar con equipos multiculturales, especialmente en IA, bioingeniería y sostenibilidad. Esta diversidad permite abordar desafíos desde múltiples ángulos y exportar soluciones globales.
Empresas como Glovo, Cabify y Wallapop han incorporado talento extranjero en sus departamentos de innovación, marketing y operaciones, lo que ha acelerado su crecimiento internacional. A nivel europeo, la presencia de comunidades migrantes ha facilitado conexiones empresariales con América Latina, África y Asia, abriendo nuevos mercados para productos y servicios locales.
El efecto multiplicador del consumo migrante
Además de innovar, los trabajadores extranjeros también consumen. Su presencia revitaliza zonas urbanas en declive, crea demanda para nuevos negocios y diversifica la oferta cultural. Restaurantes, supermercados, academias y servicios adaptados a estas comunidades florecen en ciudades como Barcelona, Milán o Bruselas. Estos cambios no solo benefician a los migrantes, sino también a la población local, al generar empleo y aumentar la recaudación fiscal.
La diversidad impulsa la creatividad en empresas y universidades.
Startups europeas integran talento migrante para escalar internacionalmente.
Los migrantes dinamizan barrios y generan nuevas demandas de servicios.
Su consumo local estimula la economía y el empleo.
Las redes migrantes facilitan exportaciones e inversión extranjera.
